miércoles, 10 de noviembre de 2021

La tercera temporada del Proyecto Arrendajo arranca en la Subbética cordobesa

La tercera temporada del Proyecto Arrendajo ha arrancado la pasada semana en la Subbética cordobesa. Concretamente, en la localidad de Carcabuey, donde han mantenido un encuentro numerosos participantes de esta iniciativa, impulsada desde la ASOCIACIÓN DEL COMÚN.

El Proyecto, en esencia, pretende movilizar a la sociedad civil para recoger y sembrar millones de kilos de bellotas en un periodo de actuación de veinte años (2019-2039). Todo ello como obra exclusivamente popular, sin “apoyo” institucional. La meta es reforestar la península ibérica esparciendo bellotas de quercus, por ser la especie autóctona más genuina, así como la conservación, mantenimiento y expansión de otras familias arbóreas y florales que en siglos pasados inundaban nuestros bosques, valles y montañas.

 La deforestación de la mayor parte de Iberia en el último siglo es aterradora, en opinión de Félix Rodrigo Mora,  promotor de esta ardua «encomienda popular masiva, que imita la labor de los arrendajos, esas aves a las que tanto deben nuestros montes”.

Con este motivo, los días 6 y 7 de noviembre,  «arrendajos» humanos de Madrid, Navarra y Andalucía procedieron a realizar la primera recogida de bellota en la Subbética cordobesa para su posterior germinación y siembra. Asimismo, participaron en una mesa redonda donde Félix Rodrigo Mora y el cronista local de Carcabuey, Rafael Osuna Luque, impartieron sendas conferencias sobre el Proyecto Arrendajo y el Comunal. 
Como se explica en la página web del Proyecto Arrendajo en varios vídeos, el proceso de recogida y siembra de bellotas tiene varias fases. La primera consiste en la elección de las mejores encinas, robles, quejigos y chaparros de cada zona para recolectar. A continuación, se seleccionan las bellotas óptimas. Se escogen los terrenos donde se va a reforestar, preferentemente comunales (pastizales sin uso, calveros del monte bajo o entre pinos y eucaliptos de repoblación). Y, finalmente, se acuerda las fechas de salida al monte para sembrar. Ambas acciones se llevan a cabo tanto en solitario como en grupo. Las técnicas se explican en la web de la Asociación del Común. 


Si la actuación se realiza con plántulas de quercus, éstas deben tener al menos dos años, y trasplantarse directamente sobre el terreno. Finalmente, toda plantación requiere de un seguimiento y, si es posible, de algunos riegos durante las primeras semanas y en verano.

Objetivos de la tercera temporada

Los objetivos para esta tercera temporada, que se extenderá hasta marzo 2022, son consolidar el proyecto, darle un impulso comunicativo,  formar a las personas que se aproximan a él;  llevar el PA a los urbanitas, que son la gran mayoría de la población hoy en día,  y  ampliar el número de los afiliados y próximos a la ASOCIACIÓN DEL COMÚN[1]

Para alcanzar tales fines, la Asociación impulsará a lo largo del próximo año cursos formativos, presenciales y on line, que permitan al público interesado adquirir conocimientos básicos sobre aspectos climáticos, el ciclo natural del agua, el agotamiento de los suelos agrícolas, la desertización por deforestación, las características de los quercus (árbol hermoso) y otras especies autóctonas de la península. Asimismo, se informará sobre la PAC (Política Agraria Común de la Unión Europea); los efectos de  las plantaciones de pinos y eucaliptos, los principios de la agricultura popular y  la integración de cultivos, ganadería y silvicultura.

La temática formativa de la Asociación del Común incluye, además, proyectos de investigación y divulgación de la sabiduría y cultura rural, la tecnología popular, el retorno al campo, la economía de autoabastecimiento centrada en el municipio y la comarca, etc. 

Resulta de gran interés para los integrantes del proyecto Arrendajo todo lo relacionado con la alimentación humana a base de bellotas (pan, pasta, repostería, licores, cerveza) y otros frutos silvestres, así como el reconocimiento y uso de las plantas, la búsqueda de la autosuficiencia energética y la adhesión ética al esfuerzo y de servicio al bien común. 
 
En palabras de Rodrigo Mora,  se trata de presentar un modelo de agricultura compatible con el bosque autóctono: «Este asunto es decisivo y tenemos que iniciarlo en la presente temporada de forestación». En suma, la propuesta incluirá escuelas de horticultura, de pastoreo, de manejo y consumo de silvestres tanto comestibles como medicinales y cosméticas; de elaboración de productos derivados de la bellota y otros frutos nativos; como los del saúco, el  árbol europeo medicina por excelencia,  y  los del arbusto ibérico más conocido, el rosal silvestre o escaramujo.
Félix Rodrigo inspecciona las bellotas de una de las muchas encinas centenarias de la Subbética

Retorno al mundo rural y manual de supervivencia

Cuando Europa muere por causa del invierno demográfico y tanto se habla de la España vacía, los impulsores del Proyecto Arrendajo apuestan por el retorno al mundo rural, más aún tras las convulsiones que está sufriendo la sociedad en los últimos tiempos. Cada vez más personas se cuestionan la vida en las ciudades. Pero, volver al campo exige contar con  un Manual de Supervivencia, sobre todo, para los no iniciados. De su elaboración también se ocupa ya la asociación del Común, junto con la promoción de la artesanía local y la pequeña industria rural, bases para crear una sociedad soberana y libre. Y, principalmente, para evitar  la sangría del éxodo juvenil a las ciudades y al extranjero. 

Sabiduría y cultura popular 

Respecto a la sabiduría y cultura popular, afirman que es el momento de reivindicarla y recrearla, adecuándola a las condiciones del siglo XXI. «Hay que enseñar a mirar con otros ojos los saberes ancestrales de la gente común, al mismo tiempo que se va adoptando un tono más y más crítico en contra de la sabiduría ortodoxa, institucional y académica, que ha metido a la Humanidad y a la naturaleza en el atolladero en que están ahora. Necesitamos un desarrollo amplio de esta cuestión, temporada tras temporada. El Proyecto Arrendajo adopta en cada territorio un carácter local.»
ASOCIACIÓN DEL COMÚN:
[1] Entrar en contacto con ella en asocdelcomun@gmail.com
[2] Para recibir información sobre tierras comunales, dirigirse a luchayservicio@gmail.com
Más información:

Fuente:

martes, 9 de noviembre de 2021

¿Por qué silvestres?



Silvestres : más nutritivas y sin tóxicos
Los nutrientes esenciales imprescindibles para nuestra vida hidratos de carbono, proteínas y grasas, así como los minerales, vitaminas y otros compuestos que veremos, se absorben a partir de los alimentos de una dieta sana, variada y equilibrada.

Con el nacimiento de la agricultura, hace unos 11.000 años, el hombre cambió radicalmente su dieta original, seleccionando las especies más agradables para comer: las frutas más dulces, los cereales más almidonados y las plantas ricas en aceites. Sin embargo, la consecuencia directa de descartar los alimentos amargos y fibrosos típicos de las silvestres fue una pérdida constante de fitonutrientes. Muchas sustancias beneficiosas (incluido el calcio), de hecho, tienen un sabor amargo, ácido o astringente.

Los polifenoles (fitonutrientes o bionutrientes) representan el arsenal de compuestos químicos que utilizan las plantas para defenderse de insectos, enfermedades, luz ultravioleta, etc. Al ingerirlos nos protegemos de los radicales libres. Las plantas silvestres comestibles más humildes tienen más fitonutrientes y vitaminas que los cultivares seleccionados a lo largo de los siglos. Por si esto fuera poco, también hay que decir que en primavera las partes jóvenes de las plantas son ricas en fitohormonas, que ejercen una eficaz acción depurativa sobre nuestro organismo y estimulan las defensas del sistema inmunológico.

La cuestión a día de hoy es qué se entiende por una dieta sana, dados una serie de disfunciones actuales en nuestro modelo alimentario en épocas pasadas inexistente. Los problemas principales de  los alimentos vegetales que encontramos en el mercado son dos:

• Su mayor o menor toxicidad según sea su contenido en plaguicidas de todo tipo.  
• La baja calidad nutricional debido a varios factores principalmente la pobreza mineral de los suelos de origen así como los defectos de conservación durante la cadena de comercialización.

Es decir el modelo actual de compraventa en el mercado nos ofrece frutas y verduras de baja calidad nutricional debido a la escasa calidad de los suelos de acogida que además son rociados con diferentes grupos de tóxicos biocidas que sólo de forma muy superficial conocemos su efecto tóxico en el cuerpo humano. Lo que sí sabemos es que encontramos muchos de estos compuestos en los tejidos de un recién nacido.

Se podría argumentar que las autoridades no permiten ciertos tipos de pesticidas y otros sí en función de criterios científicos. Lo cierto es que la determinación de los Límites Máximos de Residuos resulta un argumento muy controvertido donde parece no existir criterios técnicos y sí una extraña variabilidad de lógica y falta de consenso entre países. En cualquier caso, parece razonable eliminar los evidentes riesgos y atender al principio de precaución rebajando el consumo de estas verduras.

Por ello este trabajo: Las plantas silvestres comestibles resuelven ambos problemas, la carencia de nutrientes y el plus de toxicidad de los vegetales en el mercado. Incluimos también el mercado de lo Bio y Ecológico que sigue sin resolver las disfunciones debidas a la escasa calidad de los suelos agrícolas, así como la incorporación de tóxicos provenientes de abonados no controlados, las prácticas fitosanitarias peligrosas y los problemas derivados de la comercialización.

Además las silvestres son gratuitas y crecen espontáneamente en espacios comunes que son de todos y necesitan de nuestros usos, principalmente aquellos que proponemos y que redundan en su valorización, paso necesario a su verdadera protección.



Los elementos nutricionales de las plantas silvestres

Es aquí donde encontramos el arsenal clave que es deficiente en una alimentación actual. Simplemente incorporando un 30% de plantas silvestre en nuestra dieta, las que recolectemos en cada momento estacional, podemos estar seguros de tener una alimentación equilibrada.

Complementos nutricionales?

La mayoría de los médicos y los nutricionistas creen que los suplementos no son necesarios para un adulto sano que se alimente con una dieta variada y equilibrada, que incluya diferentes alimentos de todos los grupos alimentarios básicos.

Sin embargo, otros creen que es difícil obtener todos los nutrientes esenciales de la alimentación puesto que el procesado, la congelación, la exposición a la luz y al aire y sobre todo el cocinado de los alimentos destruyen una gran proporción de vitaminas.

Lo cierto es que si incluyéramos en nuestra dieta entre un 5 un 30% de plantas silvestres de temporada recién recogidas y a ello se añadiera un modelo de cocina consciente del tratamiento de vitaminas y grasas principalmente, complementaríamos de forma adecuada nuestra alimentación “normal” de forma que no necesitaríamos gastar dinero ni neuronas en este nuevo sector de los complementos alimentarios.



Silvestre en la ciudad?

Las virtudes nutricionales de las silvestres y demás verduras van menguando cuanto más tiempo (y temperatura y luz solar) transcurre desde su corta. Las vitaminas son las que más sufren esta distancia. Entonces... están los urbanitas condenados a la malnutrición?. No. Es más difícil que en el pueblo, donde dándote una vueltecita ya tienes arreglada la guarnición, el batido, el postre o la ensalada.

En la ciudad habrá que trabajar más el lugar de recogida si bien, vemos parques urbanos, coronas urbanas y espacios de transición llenos de las mejores silvestres: malvas, llantén, bledos, bellotas.... También se pueden usar las salidas de fin de semana y convertirlas en momentos de recolección allá donde nos desplacemos, no?. Ya sabemos que debemos limpiar las plantas con agua y un chorrito de vinagre de vino si estamos dudosos de su procedencia. Y, eso sí nunca recoger plantas en zonas claramente muy contaminadas por el tráfico. Y luego refrigerarlas o secarlas o … congelarlas. Lo importante es recogerlas y consumirlas, qué duda cabe.

¿Te animas?