La situación comienza a ser intolerable e incluso dramática. Enormes extensiones de tierra, muchas hectáreas, muchísimas, están siendo ocupadas por los molinillos y las instalaciones fotovoltaicas, asfixiando, literalmente, a los pueblos y las aldeas. La cosa se hace aún más grave al saber que la Unión Europea quiere doblar la capacidad productiva existente para el año 2028.
Una buena parte de los terrenos ocupados son comunales, que los ayuntamientos venden o alquilan ilegalmente a las grandes empresas energéticas. Los pueblos pierden sus montes, terrenos de pastoreo e incluso espacios agrícolas, así como los lugares donde forestar con bellotas y otras semillas.
Los daños medioambientales
que originan son enormes, dada la toxicidad de las aspas y las placas. Éstas,
además, necesitan enormes cantidades de agua para ser limpiadas, agua que arrastra
los productos tóxicos que aquéllas tienen en su composición, devastando los
suelos, en un momento en que el agua escasea cada vez más. Los grandes pozos de
hormigón sobre los que se asientan los aerogeneradores, así como los caminos y
sendas que requieren, son altamente destructivos para el medioambiente. Millones
de aves, muchas de especies en peligro de extinción, mueren cada año al chocar
contra las palas. En
las zonas donde se colocan masivamente la vida se hace invivible, por los
ruidos, las luces, el alboroto de los equipos de mantenimiento, etc. Finalmente,
el daño paisajístico y estético es colosal, convirtiendo a los montes en nuevas
factorías industriales, feas, sucias y contaminantes.
Lejos de ser
“anticapitalistas”, la UE los promueve y financia, y las grandes empresas
energéticas están entusiasmadas con ellos. Al ocupar extensiones tan enormes
por todo el país, reducen dramáticamente la superficie apta para ser forestada
con quercus u otras especies autóctonas.
La solución al problema
energético no está en arrasar el campo ni en llenarlo de tóxicos sino en
reducir radicalmente el consumo de energía.
Así pues, quienes nos
ocupamos del Proyecto Arrendajo, os pedimos el organizar una acción concertada
contra molinillos y placas. De denuncia, resistencia y oposición.
Proponemos, en concreto: 1)
todas las personas y grupos que ya están activos en este frente de lucha deberían
ponerse en contacto, 2) hay que convocar un encuentro para todo el país, a fin
de establecer una estrategia común para la denuncia, la resistencia, el apoyo
mutuo frente a la represión y la lucha, 3) pedimos a quienes estén en
condiciones de hacerlo que pongan manos a la obra en la tarea de coordinar a
los grupos y personas ya activas, así como en convocar el encuentro.
asocdelcomun@gmail.com