martes, 2 de septiembre de 2025

¡ O TE MOJAS, O NOS QUEMAN !

En defensa de nuestro patrimonio natural y cultural 

Viernes 5 de septiembre, a las 19:00h

Asociación de vecinos de Tres Cantos

Plaza de la Constitución, 5



jueves, 14 de agosto de 2025

Propuesta de la Asociación del Común/Proyecto Arrendajo frente a los incendios

Los incendios no son un fenómeno único de la península ibérica, se producen a nivel mundial.  Está el caso de Canadá cuya masa forestal de bosques primarios se está quemando en unos porcentajes altísimos, hasta tal punto que el humo ha cruzado el Atlántico y se puede detectar en algunas zonas de Galicia.

Los incendios son la evidencia de cómo los estados y el gran capitalismo contemporáneo gestionan los bosques y la agricultura.


Lo cierto es que un porcentaje de los incendios es provocado para comprar a bajo precio las tierras, para construir o para otros fines. Se admite que un 25% es así, pero el 75% restante resulta de las condiciones que se han ido creando en el mundo rural, en la agricultura, con la consecuencia de menos bosques, más sequía y calor, muertes, daños enormes, evacuación de poblaciones, menos biodiversidad, desaparición de millones de animales en las llamas, desde los grandes hasta pequeños insectos, erosión del suelo y múltiples desastres.


En cambio, el ejemplo de las tierras de pinares del norte de Soria, que se han ido salvando de las olas de incendios circundantes, es significativo de cómo se pueden hacer las cosas. La razón de esto es su gestión comunal que se silencia permanentemente. Los pinares no son de los ayuntamientos sino de los vecinos, es comunal, un comunal económicamente remunerador cuyas cortas selectivas de pino silvestre redunda en las arcas de cada hogar. Hay una gestión de incendios desde el primer momento, evitan por muchos procedimientos que se produzcan o que se extiendan y caso de iniciarse se eliminan inmediatamente, porque todo el mundo se echa al monte, siendo una zona de excepción de la España vaciada, con una emigración mucho menor y determinadas condiciones a quienes pretenden instalarse allí.


Frente a este modelo, tenemos la intervención de la UME como ungüento amarillo para tranquilizar a la población de que se están poniendo soluciones a los incendios, junto con multitud de tecnología de todo tipo, que no da abasto para combatir el mar de llamas. Pasados los días y las semanas, los incendios continúan y esta argucia militarista de tipo mediático, que es la incorporación de la UME, se queda en eso simplemente, sin más efecto práctico.

 

Las causas de los incendios son:


. La gran propiedad privada y la propiedad estatal que no cuidan de las tierras como lo venían haciendo los habitantes del mundo rural, donde solo quedan en su mayor parte personas de edad.


. La España vaciada sin gente, que se sustituye por asalariados, medios técnicos, hidroaviones, drones, al final ineficaces ante los incendios descomunales.


. La ganadería estabulada que deja sin limpiar los bosques y que antes lo hacían cabras, ovejas, caballos o vacas, con lo que se crea una enorme masa seca vegetal en esta época del año que es yesca pura. Eso se evitaría si los bosques tuvieran el ganado de antes. La combinación de ganadería y silvicultura es lo propio para prevenir los incendios.


. Las plantaciones forestales, que deben estar por los diez millones de hectáreas de pinos y eucaliptos, con la sequía arden rápidamente y expanden el fuego con velocidad. No se ha hecho nada por ir desmontándolas, sustituyendo de forma paulatina los pinos por los Quercus, unos pinos que apenas tienen uso económico.


. La falta de arbolado autóctono, el verdaderamente creador de condiciones contrarias al fuego por el fenómeno de la evapotranspiración, que origina una humedad relativa alta. El arbolado corta el viento, los bosques hacen de cortaviento y rebajan la temperatura por las condiciones de humedad.


. La degradación del clima que se manifiesta, entre otras cosas, en que casi han desaparecido las tormentas veraniegas que incrementaban la humedad en el aire y en muchas ocasiones ponían fin a los incendios.

 

La gestión de los montes, la expansión de las ciudades, el confinamiento de la gente en las ciudades, todo contribuye a los incendios devastadores en Grecia, Canadá, Turquía y toda la cuenca Mediterránea, enormemente castigada por la extensión de la agricultura y el vaciamiento de los campos.


Esto está produciendo un fenómeno de erosión descomunal que es un salto enorme hacia el desierto. Los suelos que ya no tienen cubierta vegetal cuando se produzcan la lluvias de otoño, este año o al siguiente o al otro, arrastrarán lo poco que quede de tierra fértil originando barranqueras y haciendo muy difícil la regeneración de los bosques.

 

La propuesta de la Asociación del Común y el Proyecto Arrendajo es:


. La defensa del comunal. Tiene que haber una propiedad comunal de la tierra para que haya gestión comunal, donde los individuos se sientan implicados directamente en la extensión y cuidado de los bosques y de las tierras.


. Tiene que seguir adelante un proceso de reforestación con especies autóctonas eliminando paso a paso las plantaciones forestales de pinos, eucaliptos, chopos, principalmente.


. Retorno voluntario al campo, que haya gente joven en el campo, pero sin la sustitución étnica que se está promoviendo en algunas zonas.  


. El ganado en extensivo, fundamental para la recuperación de los bosques y del agro.

 

Todas estas actuaciones originarían una modificación del clima, la recuperación de las tormentas estivales y una humedad más alta.


Tales cambios no pueden darse desde luego en el actual sistema, son cambios revolucionarios que requieren transformaciones políticas, económica, sociales y morales, que no son posibles aquí y ahora, pero por esto es por lo que hay que trabajar, porque las soluciones fantásticas con un ejército de drones, hidroaviones y helicópteros no impiden que los bosques se sigan quemando.

 

ASOCIACIÓN DEL COMUN y PROYECTO ARRENDAJO

AGOSTO 2025

 

sábado, 4 de enero de 2025

EL SISTEMA DE ESTADO-MEGALÓPOLIS Y LA DEFORESTACIÓN PLANETARIA

En el año 2007 la población urbana en todo el mundo superó por primera vez el 50%, y para 2050 se estima que llegará a ser el 65-70%. Estos datos son desasosegantes pues, por sí mismos, muestran y miden el grado de deforestación en todo el planeta y, como consecuencia, la notable gravedad y patológica variedad de las anomalías climáticas. Porque, a más concentración de la población en las áreas urbanas y las grandes ciudades, mayor ha de ser la superficie agrícola destinada a alimentar a aquélla, y, por tanto, más extensa e intensa tiene que ser la pérdida de la cubierta arbórea.

El contrarracional amontonamiento de las gentes en las grandes ciudades, con el consiguiente vaciamiento del campo, resulta directamente del incremento del poder, la capacidad y la complejidad de los entes estatales. A más Estado más megalópolis, y a más megalópolis más áreas agrícolas, esto es, más superficie sin bosques ni montes ni árboles naturales. Lo mismo puede afirmarse sobre la concentración de la propiedad y el auge del gran capitalismo, que ocasiona los mismos efectos, en primer lugar, el crecimiento de las grandes urbes, de las metrópolis. Entre 2015 y 2023 el número de las fortunas superiores a los 1.000 millones de dólares se han incrementado en un 120%, lo que hace que las grandes compañías capitalistas están arrinconando a la pequeña y mediana propiedad y organizándolo todo.

Los efectos de esto son los mismos que los del aumento del poder de los Estados: más ciudades y cada día más grandes, con el consiguiente incremento de los espacios deforestados entregados a la agricultura. Nunca ha sido, por tanto, más cierto, el dicho sobre que "los bosques preceden a las tierras agrícolas y los desiertos las continúan".

Un planeta desprovisto, o mínimamente provisto, de bosques y árboles es una aberración, un ente antinatural de efectos temibles. En lo climático, tal situación perturba radicalmente el ciclo del agua en la naturaleza, provocando un vaivén de sequías devastadoras e inundaciones terroríficas. La sequía, junto con lo ínfima de la cubierta vegetal arbórea, ocasiona una notable elevación de las temperaturas promedio, con olas de calor de letales efectos, pues en 2023 en nuestro país unas 47.000 personas han muerto por causa, directa o indirecta, de ellas.

Por eso, el Proyecto Arrendajo, además de llamar a reforestar a partir de la iniciativa popular, colectiva e individual, denuncia la situación actual y su catastrófica deriva. La solución está en la distribución libre, voluntaria y equilibrada de la población por toda la superficie de la tierra y establecer una economía comunal combinada con la pequeña y mediana propiedad, para que haya una combinación armoniosa de tierras de bosques y montes, espacios cultivados y pastizales, de manera que una parte fundamental de la superficie del planeta vuelva a estar con árboles, esto es, con vida, con agua, con frescor.

La precondición es la desaparición del sistema de Estado-megalópolis y de gran capitalismo-megalópolis. El primero tiene que ser sustituido por un régimen de democracia directa y el segundo por un orden comunal que englobe todas las actividades y ramas productivas, no sólo a las agrícolas, con una fuerte presencia de la propiedad familiar y la pequeña propiedad.

Eso, en efecto, es una revolución respecto a la situación actual. Sin ella avanzamos hacia un apocalipsis climático, hacia un desierto universal. Forestando atenuamos sus efectos y, además, preparamos dicha revolución como transformación integral de auto-organización social, económica y política.

¡BUEN AÑO REFORESTADOR 2025!

ASOCIACIÓN DEL COMÚN